miércoles, 30 de julio de 2008

LOS MAESTROS FRENTE A LA VIOLENCIA ENTRE ALUMNOS

Este artículo nos hace reflexionar sobre nuestros actos y del efecto que este tiene dentro del salón de clases. Nos habla de las relaciones entre los profesores y de la posición que asumen frente a la violencia entre los niños, ya que ellos tienen un papel muy importante en cuanto a la transmisión de valores, que constituyen elementos fundamentales en la socialización del niño. También nos habla de las relaciones interpersonales que se establecen entre el maestro y sus alumnos ya que pueden significar, para los alumnos un modelo a seguir.

En México se intentaba investigar sobre la violencia en el salón de clases y de cómo esta afectaba a la institución. Al cuestionar al director de la primaria se toparon con una cuestión muy interesante, ya que al cuestionarlo sobre la violencia en la institución comento que tenían que comenzar con la violencia entre docentes y su relación. Al entrevistar a los maestros se percataron de que entre ellos existe una rivalidad. Los docentes están divididos en grupos y entre ellos no logran llegar a ningún acuerdo. En las juntas semanales les cuesta mucho trabajo llegar a un acuerdo ya que cada grupo tiene su propia visión de este y no entra en razón. Para intentar solucionar este problema el director hace votaciones para tomar las decisiones y de esta forma evitar discusiones entre ellos. Los padres también juegan un papel muy importante ya que en ocasiones ellos se sienten dueños de la institución porque sienten que ellos la construyeron con sus aportaciones monetarias. Ellos también causan problemas ya que se creen con la autoridad de hacer y deshacer dentro del aula.

Es entonces que nos podemos dar cuenta que dentro del aula también existe un ambiente de envidia, frivolidad, egoísmo, rivalidad, etc. Esta situación nos muestra lo irracionales que los profesores y padres de familia pueden ser ya que ellos exigen a sus alumnos ser cordiales, respetuosos, honestos, y sean comunicativos, cuando ellos mismos no lo muestran. Ahora, ¿como pueden ellos exigir algo que no saben hacer?

Los profesores de la escuela tuvieron problema en reconocer los conflictos que existen en el aula, ya que algunos de ellos comentaron que no existe problemas entre los maestros, ni entre los alumnos, ni mucho menos con los directivos o superiores, esto nos indica que se encuentran en un punto de negación. Dentro de esta negación también expresaron no ser los responsables de la violencia que existe dentro del aula, ya que las actitudes violentas de los alumnos nada tienen que ver con la institución escolar ni con los profesores; pues, según ellos, tiene su origen exclusivamente en el exterior, en la familia, en los medios de comunicación, en las desigualdades sociales o en la falta de valores. Es así que ellos deslindan cualquier responsabilidad de tensiones originadas en la institución.

Esta investigación nos muestra que parte de la violencia generada en las instituciones es parte de una percepción del propio maestro. Al ser cuestionados los maestros se pudieron dar cuenta que cada uno de ellos tiene una percepción o definición diferente acerca de la violencia. Un ejemplo claro de esto es que los profesores dicen dialogar y resolver los problemas con sus alumnos y que los enseñan a llegar a un acuerdo, pero ¿como es posible que ellos entonces resuelvan los problemas no dirigiéndose la palabra?

Si consideramos que la escuela es el agente que transmite formas de socializar, concepción del mundo, de las relaciones entre los seres humanos, formador de valores, normas, y reglas, entonces la actitud de conflicto y negación entre los docentes es transmitido a los alumnos, ya que ellos lo toman, lo reproducen, y lo mejoran en sus relaciones interpersonales. Los conflictos existirán siempre pero ay que enseñarles a resolverlos y llegar a un consenso, en ves de arreglarlos destructivamente. Ay que recordar que los actos hablan por si solos y que una de las formas de aprender es por medio de la observación.

Al cuestionar a los docentes se pudo llegar a la conclusión que cada uno tiene una percepción diferente de la violencia ya que sólo dos de los once maestros encuestados reconocen como característica distintiva que existen problemas de agresión entre los niños. La mitad de los docentes expresa sólo características positivas y la otra considera que los alumnos son indisciplinados y carentes de valores. Al preguntarle a los maestros acerca de las conductas agresivas y la indisciplina, la mayoría de los profesores fue más claro sobre qué es la indisciplina que sobre qué es la violencia, los maestros tienden a considerar como violencia las agresiones físicas que provocan daños visibles. Esto se puede reflejar en la respuesta que dieron dos maestras que consideraron que no hay violencia entre los alumnos ya que las peleas, golpes, e insultos entre los alumnos no se da muy seguido solo dos o tres veces al día, lo que es normal en los niños. Por estas respuestas dadas podemos decir que la representación social que las profesoras tienen de la violencia lo hace ver como la forma natural de relacionarse, lo que determina la incapacidad de percibirla. Igualmente, existe para los profesores la convicción de que la violencia física entre los niños es aceptable si hay buenos motivos. Por ejemplo, que consideran que solo deben intervenir en los conflictos cuando los alumnos pegan sin justificación. Algunos maestros también consideraron la violencia verbal como algo común y natural entre los alumnos y la sociedad. Es así que se puede llegar a la conclusión que estos profesores consideran la violencia física como la mas inadecuada, después el maltrato de objetos y todo lo material, y finalmente la verbal.

El trabajo docente tiene un alto nivel de implicación afectiva; por un lado, el profesor se encuentra en la necesidad de dar respuesta a las problemáticas afectivas de los alumnos, como ocurre en el caso de los conflictos entre los niños y, por otro, tales respuestas están articuladas con su propio desarrollo emocional, todo ello dentro de un contexto de exigencias sociales y demandas institucionales. Desde este lugar, la docencia puede representar un reencuentro del maestro con sus partes infantiles y actuar en consecuencia, con intentos de reparar o ajustar o no a la realidad, es decir tomando o no en cuenta las necesidades reales del niño o imponiéndole lo que considera que necesita.

Cuando se refieren a la violencia en la escuela, los docentes opinan que el ambiente escolar no influye en este si no que lo relacionan a la convivencia entre niños que vienen de hogares problemáticos, en donde utilizan el aula para desahogarse. Es cierto que los alumnos traen ciertas costumbres, reglas, normas, y valores de sus hogares ya que es el primer lugar de socialización. Hoy en día nos encontramos con diversas estructuras familiares, como por ejemplo, padres divorciados, madres solteras, ambos padres trabajando, padres que rehacen su vida a lado de otra pareja, etc. Es por esto que en ocasiones reciben a niños con carencias tanto económicas como afectivas en donde se refleja la falta de disciplina. Es por esto que el aula es el hogar que ayudara a la formación de los niños en donde el docente tiene que tomar otra posición ya no tanto de enseñanza meramente educativa si no que también social y afectiva, lo que ocasiona que el docente tome el papel de padre y madre.

La mayoría de los maestros estuvieron de acuerdo en que el aspecto más importante a desarrollar en los alumnos es el rendimiento académico y la educación en hábitos y valores, y que su prioridad es mejorar la relación con los niños por medio del afecto cariñoso y la comunicación. Para la sorpresa de los investigadores pudieron detectar anomalías entre los docentes ya que algunos de ellos reaccionan violentamente, los discriminan, denigran, e ignoran, entre otras, su justificación fue que no dejan otra alternativa ya que “los niños violentos son malos porque no siguen las normas”; “los niños son violentos porque no los han sabido educar en su familia”, como podemos ver los padres depositan en los maestros la responsabilidad de resolver los conflictos violentos, a la vez que éstos atribuyen el origen de las conductas agresivas entre los niños a los problemas en sus familias, evadiendo también intervenir en un ámbito que consideran que no les corresponde. Es aquí que los niños buscan una alternativa para poder defenderse ya que no encuentran la comprensión y ayuda en ninguno de los dos lugares.Esta investigación nos muestra contradicciones entre los profesores los que se pueden relacionar con sus propios problemas sociales y conflictos personales. Es por esto que es necesario que los propios maestros tengan un lugar para reflexionar y comprender sus propios problemas y conflictos ya que ellos mismos pueden estar causando cierta incertidumbre y miedo a sus alumnos. Es importante que los padres y maestros comprendan que tienen que trabajar en conjunto para mejorar el desarrollo de los niños y jóvenes que notoriamente están careciendo de algo y lo muestran por medio de la violencia. Nuestro deber como futuras docentes y tomar en cuenta que todos nuestros actos, palabras, y costumbres son transmitidas a estos niños y que cada ano escolar estaremos entrando en la vida de por lo menos 30 pequeños y que debemos de dejar una huella positiva en ellos para saber que logramos aportar un granito de arena a la mejora de nuestro país.


Bibliografía

Dorrey, Chagas Raquel C. Los Maestros Frente a la Violencia entre Alumnos. Revista Mexicana de Investigacion Educativa, Número 27, Volumen X. Octubre-Diciembre de 2005. http://www.comie.org.mx/v1/revista/portal.php?criterio=ART00027&idm=es&sec=SC03&sub=SBB

Hipervinculo:

sábado, 26 de julio de 2008

LA VIOLENCIA Y NO- VIOLENCIA ESCOLAR

La violencia en los medios escolares es un problema mundial, no se sabe la razón exacta de sus causas, pero los investigadores están seguros de al menos una cosa: no hay un factor único, si no varios de ellos ligados como, por ejemplo, la situación familiar, y las condiciones socioeconómicas. Cada vez hay más situaciones preocupantes como consecuencia de la crisis social, cultural y familiar que se está sufriendo en este momento en el país lo que hace que sean cada vez mas graves. Los medios de comunicación y los periódicos nos avisan de los sucesos violentos que conocen nuestros centros de enseñanza. Se sabe que la violencia entre adolescentes es una manifestación de ellos mismos y que tiene muchos aspectos según el entorno social en que se vive y puede ser física o verbal. Se manifiesta en la rebeldía en contra de los educadores y los demás compañeros como también contra si mismos.



En este artículo se investiga las percepciones y actitudes relacionadas con la violencia y la no-violencia escolar de los miembros de la Preparatoria 2 de la Universidad de Guadalajara, en México. Esta preparatoria se caracteriza por tener un enfoque liberal, popular y humanista. Como en todo sistema abierto, los riesgos más graves son el desorden, la violencia y el caos los cuales han estado presentes en ella y en todos los estratos de su población; riñas por problemas estudiantiles; grupos de poder; indiferencia y baja participación académica de sus integrantes y otras situaciones que impiden tener una mejora académica.
Varios profesores de la preparatoria intentan hacer un cambio para mejorar las relaciones humanas entre los alumnos basándose en dos situaciones:
La capacidad de convivir en armonía se aprende
La escuela es el espacio por excelencia para ello.

Los profesores se enfocaron en el programa “Eliminación de la violencia”, en donde profesores y alumnos crearon una propuesta de desarrollo personal, para así lograr la creación de un proceso que puede facilitar una mejor convivencia en todos los ámbitos como, por ejemplo, el escolar. En su investigación se dedicaron a buscar y conocer las actitudes y percepciones de alumnos, profesores, personal administrativo, y de servicio, respecto de la violencia, la no-violencia y sus diversas manifestaciones en el medio escolar. En la investigación encontraron que el 71% de los miembros de la preparatoria han experimentado algún tipo de violencia. Una parte significativa de la muestra total 73.2% acordó que existen opciones para eliminar la violencia, y solo algunos de ellos dijo conocer programas de ayuda a la no violencia, y el 52.3% estaba dispuesto a participar en algún programa para mejorar la convivencia y vivir en la no-violencia. En sus respuestas, los involucrados no dieron indicios claros de cómo podrían interactuar en este fenómeno con formas pacifistas y ordenadas. Por lo que al contestar sobre lo que harían ante estos hechos, la respuesta más frecuentemente fue “responder de la misma forma”.
Los resultados nos abren los ojos a las dificultades que implican una convivencia armónica en un ámbito escolar sobre poblado, diverso y donde las condiciones disciplinarias no quedan claras para la mayoría de sus miembros, lo que es factor de fricciones y diferencias en la convivencia, tanto al interior como fuera del aula.
Conocer, comprender y actuar sobre las actitudes estudiadas, requiere de la participación de toda la comunidad escolar, misma que ha construido las formas actuales de vida interpersonal y social.

En la investigación se dieron a conocer varias propuestas para la no violencia, las cuales se resumen de la siguiente manera:

• incluir alguna materia, programa, o plan que trate directamente la problemática de la violencia escolar, tanto para la prevención e identificación de factores de riesgo y posibles conflictos, como para apoyar al alumno a convivir de forma satisfactoria.

• Establecer en el resto de las asignaturas del bachillerato general los mecanismos adecuados para que el alumno integre el aprendizaje que le lleve a adquirir habilidades para eliminar la violencia. Esto se posibilitaría con un programa de recuperación de la práctica de los docentes, que se realice en forma permanente, con el fin de que puedan reconocerse y tomar la decisión de modificar las actitudes violentas.

• Continuar desarrollando, de manera permanente, el programa Eliminación de la violencia, hacia todos los actores que forman el sistema escolar.

• Analizar la magnitud del problema de la violencia escolar en otras dependencias universitarias del sistema de educación media superior.

• Diseñar estrategias (mediante foros que incluyan a todos los sectores de la comunidad escolar), para que los alumnos, desde el momento del primer ingreso, se apropien de las normas y dispongan de recursos adecuados ante casos de violencia en la escuela.

• Evitar que los reglamentos se conviertan en catálogos de sanciones y dejar que éstos coadyuven a mejorar las labores escolares de cada uno de los actores y, así, cumplir con la premisa de “aprender a ser y hacer” y no a “no ser y no hacer”

• Promover entre los alumnos, profesores y directivos los verdaderos fines del bachillerato que conllevan a la adquisición de habilidades y no solamente a obtener una calificación aprobatoria, que tenga que ser la más alta de la escala, es decir que se comprenda que las calificaciones sólo deben de ser un reflejo de las habilidades obtenidas.

Bibliografia:
Ricardo Vázquez Valles, Alfredo E. Villanueva Mercado, Arturo F. Rico, María A. Ramos Herrera. La comunidad de la Preparatoria 2 de la Universidad de Guadalajara. Actitudes de sus miembros respecto de la violencia y no-violencia escolar. Revista Mexicana de Investigacion Educativa. Número 27, Volumen X. Octubre-Diciembre de 2005.
http://www.comie.org.mx/v1/revista/portal.php?idm=es&sec=SC03&&sub=SBB&criterio=ART00026

Hipervinculo

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lunes, 21 de julio de 2008

LA VIOLENCIA ESCOLAR


En este articulo se presentan los resultados de un proceso de investigación en torno a la problemática de la violencia escolar, el cual fue desarrollado en el nivel medio superior de la Universidad de Guadalajara, por un equipo de trabajo conformado por maestros de la escuela. Este articulo se enfoco en investigar que efecto tiene la violencia en los alumnos, una ves que se ven involucrados en situaciones en las cuales la violencia parece ser vista como algo “natural”, ya que esto ocasiona que ellos no tengan una conciencia clara de sus acciones ni de las consecuencias tanto en los otros como en ellos mismos, lo que define sus relaciones de convivencia.

La investigación se enfoco en los alumnos y en su entorno ya que se dice que en la escuela es en donde los conflictos se reproducen y las tensiones de nuestra sociedad comienzan su curso. Es cierto que la escuela no puede ser el único responsable de esto pero si es parte fundamental en la formación de nuestros pequeños mexicanos y de el futuro de nuestro país. Es por esta razón que se consideró necesario abordar el problema desde el ámbito escolar con el objetivo de desarrollar, desde el interior del espacio escolar, una propuesta que pudiera modificar sus formas de convivencia.

Este artículo presenta los resultados de un estudio sobre la violencia entre personas de la misma edad, cultura, sociedad, etc., el cual fue realizado en el bachillerato de la Universidad de Guadalajara. El estudio se realizó en dos etapas: la primera fue de diagnóstico, con base en los resultados de un proceso de técnicas de estadística descriptiva aplicado a 600 alumnos de la escuela. El diagnostico que se aplico se basaba en categorizar las razones, sentimientos y roles de los estudiantes en situaciones de violencia escolar.
En la segunda etapa trabajaron con un grupo en un taller para de esta forma llegar a la resolución de conflictos; los resultados reflejan cambios en la toma de conciencia de los alumnos sobre sus roles en estas situaciones.Es importante tomar en cuenta que el aula escolar puede tener doble influencia en relación con la violencia ya que la sociedad o comunidad en la que se encuentra sometida, los medios de comunicación, la familia, la carencia de valores, la organización de los tiempos y espacios, peleas entre maestros inconformes, la poca atención individual del alumno en grupos tan grandes, problemas entre profesor y el estudiante son factores que aportan un clima favorable o desfavorable en la convivencia escolar.

La violencia escolar es una realidad actual que tiene varias formas y se da en varias direcciones: de autoridades a alumnos y maestros, de maestros a alumnos y de alumnos a alumnos. Cuando las víctimas son los alumnos es entonces que en ocasiones la violencia es subestimada o permanece sin ser traída como un objeto de atención a su conciencia. Es por esto que se investigo acerca de la percepción de los estudiantes sobre la violencia escolar, con base en el esquema de roles o como se le conoce por sus siglas AVO (agresor-víctima observador) de donde se buscan datos sobre las formas en que se da y la posición que cada uno toma en las situaciones de violencia que ocurren en la vida cotidiana de la escuela. Como se describí anteriormente el estudio consiste en dos fases: en la primera, se recuperan los datos proporcionados por las respuestas de una serie de preguntas que fueron aplicadas a los alumnos; éstos resultan útiles para construir una explicación en torno a la forma en que ven la violencia. En la segunda etapa se exponen los resultados de una experiencia de intervención en la que se trató de proporcionar a un grupo piloto una serie de herramientas para la solución de conflictos. Los estudiantes que colaboraron en la investigación se encuentran dentro de un contexto social y económico inferior al a clase media, pero esto no significa que, la condición social determine las características del fenómeno, pero sí la existencia de elementos que inciden.


La violencia es considerada como una actitud o comportamiento que constituye una violación o un arrebato al ser humano de algo que le es esencial como persona tal como la integridad física, psíquica, moral, derechos, y/o libertades. Puede provenir de personas o instituciones y realizarse de forma pasiva o activa ya que, aparte de la violencia directa (golpes o destrucción visible), también se encuentran formas indirectas o sutiles, como la violencia psicológica, tal vez más difíciles de reconocer, pero que son cotidianas en ámbitos como la escuela.

La violencia es una manifestación tan compleja que puede ser compuesta por emociones como por valores. Ay que tomar en cuenta que la violencia escolar es producto de distintas circunstancias individuales y sociales y, por otra parte, que las conductas violentas o agresivas, si bien son aprendidas o copiadas, también pueden ser reorientadas hacia conductas más sanas para el individuo y la sociedad en que habita.

Existen múltiples elementos que caracterizan el concepto de violencia escolar, ya que no tiene una sola forma, ni se habla de ella en un solo sentido, ya que existen diversas formas de violencia; todas ellas tienen como característica fundamental que se producen dentro de la propia escuela y que son ejercidas entre sus miembros.
Según lo que se encontró en la investigación, es importante ver que tanto los alumnos como los profesores muestran diferentes nociones sobre la violencia escolar la cual esta asociada en su concepto de la relación interpersonal, ya que esta se manifiesta en burlas, insultos o una exclusión social que como por ejemplo la indiferencia, ya que según expresan los alumnos, esta ultima duele más que la agresión física.

Una de las formas más comunes de violencia escolar el del “bulling” el cual es un comportamiento prolongado de insultos, rechazo social, intimidación, y/o agresión física de unos alumnos contra otros. Todos los participantes del “bulling” desempeña un papel: el agresor, el seguidor, y los observadores, que pueden ser pasivos, defensores de la víctima o alentar al agresor; y por último, la víctima misma, ya sea pasiva o provocadora, un ejemplo del “bullying” es cuando un alumno está siendo molestado constantemente por otro u otros alumnos, para de esta forma intimidarlo, ejemplos de este tipo de comportamientos son el reírse de él o llamarlo por nombres molestos o hirientes; lo ignorarlo completamente, lo excluyen de su grupo de amigos o lo retiran de actividades; lo golpean, patean y empujan; lo amenazan, le cuenta mentiras o falsos rumores, le envían notas hirientes y tratan de convencer a los demás para que no se relacionen con él o ella.

La investigación encontró que 50 % de los alumnos declaró que han recurrido en alguna de las prácticas de violencia como una forma de defensa ante agresiones previamente sufridas, o también declararon practicarla como forma de juego. Los resultados anteriores, conducen a concluir que los alumnos son víctimas y agresores en términos de la respuesta a conductas violentas recibidas. Asimismo, un mismo estudiante puede ser simple observador o agresor, dependiendo del grado en que individualmente esté involucrado en la situación de violencia que acontece.
Finalmente, acerca de los sentimientos por las personas que son víctimas, la mayoría de los alumnos manifestó sentir un “cargo de conciencia” tras haber agredido, al reconocer que la víctima se siente “mal”, “ofendida”, “agredida” “asustada” o “humillada”, lo que contradice el carácter de naturalidad que se le asigna en ocasiones a la violencia escolar.

En la segunda fase 50 alumnos acudieron a un taller “Aprendiendo a vivir sin violencia”, tres horas por semana, durante 12 semanas. En las primeras sesiones se trabajó en la sensibilización de los alumnos respecto de situaciones de violencia que se presentan a través de sus diversas experiencias. Como resultado de esta parte de la intervención se encontró, en resumen, que los alumnos con mucha facilidad identificaron su rol en situaciones de violencia, con base en las tres categorías establecidas: agresor, víctima u observador, mientras que la mayoría de las formas de acoso entre iguales en ese momento era vista por ellos como algo normal, a partir de dos construcciones: creen que es parte del “cotorreo” y de la “carrilla”. Otra parte de las sesiones estuvo dirigida a que los alumnos reconocieran los perfiles AVO y sus implicaciones en situaciones reales de violencia en su escuela, esto se hizo a través de un socio drama, al final del cual los participantes además debían elaborar una propuesta de solución sin violencia a las situaciones representadas. En esta actividad se observó que todos identificaban de una manera clara los perfiles AVO, si bien no todos pudieron aportar propuestas de solución sin violencia a las situaciones presentadas. En los otros casos, las alternativas de solución propuestas refieren, de acuerdo con lo expresado por los sujetos, valores y actitudes como: tolerancia, respeto, buscar ayuda, aumentar la autoestima de las víctimas y que los observadores abandonen su postura pasiva y medien en el conflicto.

Esta no fue una labor fácil ya que la comunidad educativa en la actualidad esta envuelta en problemas y conflictos que ni ellos han aprendido a resolver. Como se vio en esta investigación es importante hablar con los jóvenes para construir estrategias para tratar de reducir la violencia en nuestro país la cual cada día es más fuerte. También, nos hace reflexionar en la importancia de inculcar valores a los alumnos ya que ellos están en una etapa en la que podemos moldear y modificar sus conductas.


Bibliografia:
Maria T. Prieto Quezada, José C. Carrillo Navarro, José Jiménez Mora. La Violencia Escolar: Un Estudio en el Nivel Medio Superior. Revista Mexicana de Investigación Educativa. Número 27, Volumen X. OCTUBRE-DICIEMBRE de 2005

http://www.comie.org.mx/v1/revista/portal.phpidm=es&sec=SC03&&sub=SBB&criterio=ART00025